Se percibe como un hombre que ha perdido su país
La gravísima situación de Venezuela se desborda cada día más, rebasa las noticias políticas, inunda las de economía y tiñe de rojo las de sucesos por el dramático índice de criminalidad. En una entrevista poco usual a un jugador de beisbol, Miguel Cabrera habla con gran dolor sobre su tierra natal, quien se siente claramente como un hombre sin país. A pesar de su gran éxito como pelotero en Grandes Ligas con los Tigres de Detroit, él no deja de imaginar cómo se siente el hombre común venezolano. “La gente en Venezuela vive tiempos difíciles en este momento”, expresa con melancolía.
En una conversación con David Mayo para Michigan Live, el glorioso inicialista de los Tigres describe su regreso de Venezuela, tras permanecer unos pocos días en esa devastada nación durante el receso invernal de la temporada de Grandes Ligas. Miguel habla del temor que siente ante la escalada de crímenes en su país, pero también sobre sus deseos de vivir allá como siempre lo hacía hasta que la tasa de asesinatos aumentó a niveles alarmantes. Por eso decidió comprar una casa en un tranquilo suburbio de Detroit hace un par de años, mientras deja pasar la epidemia de violencia, pero la misma lo que hace es crecer.
“Es difícil cuando sales de tu país y es difícil volver y quedarte allí”, confió Cabrera, quien luego aclaró que antes vivía en su país, pero ahora no lo puede hacer. “Ahora vivo aquí, en Estados Unidos, es difícil salir de tu país, es difícil dejar a tu familia allí. Toda mi familia está en Venezuela”, subraya el mejor pelotero venezolano de todos los tiempos, cosa que he sostenido antes de que él se convirtiera en el primer jugador en ganar la triple corona de bateo en Grandes Ligas desde 1967, cuya hazaña la realizó en la temporada de 2012.
Una alegría para Venezuela
“Me preocupo por ellos, y ellos también se preocupan… te dicen, ‘seguimos luchando’, ¿sabes?”, comenta Miguel sobre su constante pensamiento en la gente que sufre aquel desastre y del pueblo venezolano que aún no pierde las esperanzas. Cabrera esperar dar una alegría a Venezuela con su participación en el Clásico Mundial de Beisbol del próximo mes, siendo parte fundamental de una selección que será dirigida por otro referente de este deporte en el país: el futuro miembro del Salón de la Fama Omar Vizquel.
Todos los jonrones de Cabrera en 2016
El equipo de Venezuela entrena en Miami antes de viajar a Jalisco, Guadalajara, México, donde debutará en el Clásico 2017 el viernes 10 de marzo ante el seleccionado de Puerto Rico, en partido correspondiente al Grupo D en el que también se encuentran Italia y México. Otros tres jugadores de los Tigres: Francisco Rodríguez, Bruce Rondón y Víctor Martínez, se encuentran en la selección venezolana que tendrá en sus filas a los notables Félix Hernández, José Altuve, Salvador Pérez y Carlos González, entre otros.
Aterrador panorama
La nostalgia y justificada preocupación de Miguel Cabrera es la misma que sienten hoy millones de venezolanos. De verdad, es muy complicado que alguien que no haya nacido en el citado país y no tenga familiares ahí pueda tener una clara dimensión sobre la tragedia que padece la hoy inexistente Venezuela, saqueada y desangrada por un régimen chavista que ha destruido sistemáticamente la otrora rica nación, la cual vio crecer en negativo el número de hogares en niveles de pobreza a 82 % al término de 2016, para convertirse en el país más pobre de América Latina, incluso por encima de Haití, de acuerdo a la más reciente Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi).
A esta estadística puedo agregar otras muy demoledoras. Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estimado una inflación de 1.600 por ciento en 2017. En el último año el hampa mató a 28.479 personas en Venezuela, para sumar la dantesca cifra de 283.058 asesinatos en los 18 años del chavismo en el poder, entre 1999 y 2016. En el país los criminales no sólo atentan contra la vida, la gente se alimenta de la basura, muere de hambre, por falta de medicinas y atención hospitalaria.
El régimen de corte dictatorial enquistado en Venezuela ha constituido un narcoestado con una escandalosa corrupción, ha descompuesto la sociedad, incumple la Constitución Nacional, ha secuestrado todos los poderes públicos, viola los derechos humanos, acabó con la libertad de expresión y la prensa libre, mantiene presos políticos y reprime al pueblo que protesta. Por todo este aterrador panorama los venezolanos emigran al exterior donde también muchos de ellos la pasan mal.
Cabrera: motivación e imagen
Es necesario destacar que Miguel no hizo la anterior descripción sobre la actual situación de Venezuela, la presento yo como venezolano y periodista con 17 años en Estados Unidos. Cabrera a primera instancia tiene el objetivo de motivar al pueblo venezolano. “Tenemos que dar algo a nuestro país, porque en este momento está en mal estado”, dice el glorioso inicialista, nacido en Maracay, el 18 de abril de 1983. “Hay un montón de problemas, muchos problemas en Venezuela, es como dos lados, ¿sabes?, es difícil, creo que el beisbol puede traer mucha felicidad a la gente y la gente puede estar unida”.
En su carrera de 14 años en Grandes Ligas, entre 2003 y 2016, ‘Miggy’ ha conectado 2.519 hits, incluyendo 446 jonrones, suma 1.553 carreras empujadas, con asombroso average de bateo de por vida de .321 y porcentaje de slugging de .562. Ha ganado cuatro títulos de bateo, dos veces el premio de Jugador Más Valioso, siete Bates de Plata y ha sido seleccionado para 11 Juegos de Estrellas. Sin duda, uno de los grandes peloteros de todos los tiempos, y es de Venezuela.
A diferencia de otros famosos personajes venezolanos que no sólo callan, sino que también logran réditos siendo imagen de un régimen que es el azote de Venezuela, Cabrera es una limpia y clara voz de atención sobre la desgracia, la catástrofe y el infortunio que enfrenta el pueblo de esa nación cada día.
Miguel Cabrera trató de dirigir la Orquesta Sinfónica de Detroit
Miguel no necesita de un grupo de personas por delante de él para hacer sonar su trabajo. Él sostiene su bate y sin ayuda de nadie conecta los hits y los jonrones que lo hacen grande, y luego se coloca un guante para ejecutar las jugadas defensivas para su equipo. Supera lesiones, operaciones, duras rehabilitaciones, y durante más de ocho meses, de día y de noche, desarrolla su concierto de beisbol y no recibe dádivas de aquellos que han destruido su país. Por si fuera poco, el venezolano más reconocido en el exterior en cualquier profesión u oficio, se planta con valentía y expone la realidad de su amada Venezuela.