Su descendencia hispana estuvo casi oculta en años de segregación racial
Si Ted Williams hubiera sido un jugador de los Dodgers de Los Ángeles en la segunda década del siglo XXI, su popularidad entre los aficionados hispanos en Estados Unidos sería similar o aún mayor a la del primera base Adrián González, en 2015. Después de todo, ambos tienen algo en común: sus raíces mexicanas.
Williams ha sido uno de los más grandes toleteros del béisbol de Grandes Ligas de todos los tiempos, dos veces triple coronado (1942 y 1947), en seis ocasiones campeón de bateo y en dos oportunidades Jugador Más Valioso (1946 y1949), siempre con los Medias Rojas de Boston. Además de sus múltiples hazañas deportivas, fue un héroe estadounidense de la II Guerra Mundial y la Guerra de Corea.
Al margen de todo eso, Williams también fue un hombre temperamental, en extremo receloso cuando se trataba de resguardar su vida privada, quien tuvo repetidos impasses con los medios de comunicación social de Boston y los aficionados. Ted vivió en años de marcada segregación racial en Estados Unidos, y tal vez por ello su descendencia mexicana permaneció casi oculta.
Abuelos maternos de Chihuahua
Al igual que Adrián González, el legendario jugador nació en San Diego, California, el 30 de agosto de 1918. Su padre, Samuel Williams, fue un fotógrafo profesional y ex soldado de caballería de Estados Unidos, mientras que su señora madre, May Venzor Williams, era una texana dedicada a su trabajo con el Ejército de Salvación, cuyos padres, Pablo Venzor y Natalia Hernández, provenían del municipio Valle de Allende, en Chihuahua, México.
Según pude investigar, los tíos de Ted Williams por parte de madre nacieron en la ciudad de Parral, también en Chihuahua, una de seis entidades mexicanas que limitan con Estados Unidos, las otras son Baja California, Sonora, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Uno de los hermanos de su madre, Saúl Venzor, fue excelente atleta y pitcher de beisbol semi profesional con un equipo californiano llamado Merchants de Santa Bárbara.
Jamás aprendió hablar español
Ted viajaba con frecuencia a la casa de Saúl, precisamente en Santa Bárbara, California, en cuyo espacioso jardín practicaba y aprendió no sólo a jugar béisbol, también a pulir sus herramientas, la filosofía y actitud mental de nunca darse por vencido. A pesar de la cercanía que tuvo con su familia mexicana, Williams jamás aprendió hablar español y nunca reconoció su herencia hispana en público.
Independientemente de esa posición, justificada o no, pero comprensible en aquellos tiempos, por sus venas corría sangre mexicana por parte de sus abuelos maternos, y hoy muy bien podemos considerarlo el más grande pelotero de origen hispano que haya jugado en Grandes Ligas, ilustre miembro del Salón de la Fama. Creo que aún estamos a tiempo de reescribir y matizar mejor esta historia.