Alex Rodríguez utilizó esteroides cuando consiguió tres grandes temporadas con los Rangers

LA TRAMPA Y LOS RIESGOS

Los peloteros desarrollan mayor musculatura, fuerza y mejoran sustancialmente el rendimiento físico con los esteroides, pero son drogas prohibidas e ilegales ante la ley, además de generar serios problemas de salud, algunos de ellos irreversibles.

Aquellos que por ignorancia o desconocimiento, puedes utilizar la palabra que quieras, defienden a los jugadores de beisbol que utilizaron esteroides, bajo la falsa premisa de que sin el uso de esas sustancias prohibidas de todas formas hubieran tenido una actuación igual o parecida, están muy equivocados. Los esteroides anabólicos como cualquier droga o sustancia hormonal, química y farmacológicamente relacionada con la testosterona, ciertamente desarrollan mayor musculatura y mejoran sustancialmente el rendimiento atlético o físico del pelotero, más aún si al mismo tiempo utiliza hormonas de crecimiento humano (HGH). Y según especialistas, tras ser inyectado con estas drogas el efecto dura ocho semanas, lo cual quiere decir que si un pelotero la usa una vez cada ocho semanas en cuatro ocasiones, lleva la trampa en su cuerpo toda una temporada.

El mal ejemplo de Alex Rodríguez

Para obtener más información sobre los efectos potenciadores de los esteroides anabólicos, así como sus posibles riesgos para la salud, ScientificAmerican.com entrevistó a Jay Hoffman, profesor de ciencias de la salud y el ejercicio en la Universidad de Nueva Jersey en Ewing. Hoffman, quien tiene un doctorado en ciencias del ejercicio, tuvo oportunidad de conocer al ex jugador de Grandes Ligas, Alex Rodríguez, uno de los protagonistas de los mayores escándalos en el beisbol por el empleo de estas drogas.

Supuestamente, Rodríguez usó el esteroide anabólico Primobolan,  una forma sintética de la hormona sexual masculina testosterona, también denominado andrógeno, que aumenta la masa muscular y la fuerza, y también mejora el tiempo de recuperación después de un entrenamiento. Primobolan se inyecta típicamente en las nalgas con una aguja, a través del tejido graso, porque el esteroide es soluble en grasa, y de esa manera también se ralentiza el metabolismo para una dosis más sostenida.

Si quieres más evidencias sobre su efecto solo fíjate en las estadísticas de Rodríguez. Toda su historia relacionada con las llamadas Performance Enhancing Drugs in Baseball (PED por sus siglas en inglés) comenzó en julio de 2007, cuando el ex jardinero cubano José Canseco señaló a A-Rod por el uso de esteroides, y lo llamó hipócrita y perdedor. Ese mismo año, en una entrevista con la periodista Katie Couric a nivel nacional, Rodríguez negó rotundamente haber usado drogas para mejorar el rendimiento. Mintió.

En la mañana del 7 de febrero de 2009, Selena Roberts y David Epstein de la revista Sports Illustrated, informaron que Rodríguez había dado positivo por testosterona y un esteroide anabólico no aprobado en Estados Unidos llamado Primobolan, también conocido como metenolona. Eso ocurrió durante la temporada de 2003, cuando jugaba para los Rangers de Texas, la misma en que ganó su primer premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana.

Y ese positivo de Rodríguez se conoció mediante el informe conocido como «Mitchell Report», de la autoría del senador de Maine George J. Mitchell, que contaba con una lista de 104 jugadores relacionados a una investigación de los laboratorios BALCO, que dieron positivo en unas pruebas de encuesta realizadas precisamente en 2003 por la Major League Baseball, para ver si las pruebas de drogas obligatorias y aleatorias eran necesarias.

Cuando se le preguntó si había una explicación para el resultado positivo de la prueba, Rodríguez respondió a Sports Illustrated: «no voy a decir nada», mientras las fuentes confirmaron a ESPN que Rodríguez, ahora con los Yankees de Nueva York, sabía que dio positivo por esteroides en 2003 y por eso mi sentencia de que mintió a la periodista  Couric.

No había certeza de que Rodríguez y otros jugadores estuvieran en la lista porque cuando se hizo esa prueba de 2003 se prometió a la Asociación de Peloteros que los nombres no serían dados a conocer. Para las pruebas fueron seleccionados los jugadores más destacados. Había — y todavía hay— tanto hermetismo que el propio senador Mitchell declaró lo siguiente: «No tuve acceso a los resultados de las pruebas de drogas de 2003, y hasta el día de hoy no sé qué jugadores dieron positivo en ese momento”.

Las estadísticas, el escándalo

Esto ha sido el mayor escándalo en la historia del beisbol, al punto de convertirse en una investigación federal que involucró al propio Congreso de Estados Unidos. Ante lo evidente y tras el citado informe, en una entrevista con ESPN, Rodríguez admitió el uso de sustancias prohibidas desde 2001 hasta 2003 como jugador de los Rangers, tras alegar una enorme presión por el millonario contrato que había firmado. Para justificarse, Rodríguez se autocalificó de «un joven, estúpido e ingenuo».

Ahora bien, si observas sus estadísticas entre 2001 y 2003, en las cuales utilizó esteroides para mejorar su rendimiento en el juego, encontrarás lo siguiente: Rodríguez bateó 52 jonrones en 2001, 57 en 2002, su cifra tope en las mayores, y 47 en 2003. Promedió para .318, .300 y .298, y ganó el premio al Jugador Más Valioso en 2002, año en que empujó 142 carreras. Sin duda alguna, resultaron sus tres mejores temporadas consecutivas en Grandes Ligas, con un total de 156 cuadrangulares. En 2006, Alex Rodríguez, quien apelaba una suspensión de 211 juegos por violar la política de drogas de las Grandes Ligas, falló una prueba de drogas para estimulantes, según un informe de The New York Times. En 2007,  Rodríguez bateó 54 jonrones, impulsó 156 y ganó el premio Más Valioso.

En 2009, Rodríguez fue entrevistado de nuevo por Katie Couric para el programa 60 minutos, donde admitió otra vez haber usado esteroides mientras jugaba para los Rangers, pero lo negó de forma categórica en múltiples oportunidades públicas en las que respondió sobre su presunta vinculación con el mundo del dopaje y la clínica Biogénesis. Trató de presentarse como un jugador limpio en sus años con los Yankees de Nueva York, pero estuvo lejos de eso. El 28 de febrero de 2010, el New York Times informó que Rodríguez recibió «tratamiento» del doctor canadiense Anthony Galea, para otro escándalo que picó y se extendió.

El 6 de noviembre de 2014, el periódico Miami Herald y otras fuentes periodísticas, informaron que A-Rod, bajo inmunidad y a pesar de haberlo negado, se reunió con responsables de la Agencia Estadounidense Anti Drogas (DEA), el 29 de enero en la oficina local de la agencia en el sur de Florida. Allí admitió que utilizó sustancias suministradas por la desaparecida clínica Biogénesis para mejorar el rendimiento en el campo. De acuerdo al Miami Herald, citando un «reporte de investigación» por escrito, Rodríguez le dijo a la DEA que le pagó al dueño de Biogenesis, Anthony Bosch, por cremas de testosterona, gomas de mascar con testosterona e inyecciones de hormona de crecimiento humana (HGH).

El informe de la DEA es una de las pruebas que los fiscales federales reunieron contra el primo de Rodríguez, Yuri Sucart, Lázaro Collazo y otros acusados de suministrar testosterona y hormona del crecimiento humano a jugadores de Grandes Ligas y otros atletas vinculados a Biogénesis. El Miami Herald publicó que Bosch le dijo a la DEA que A-Rod acordó pagar los esteroides para 20 clientes de Biogenesis, después de que la clínica cerró para evitar que Bosch hablara sobre su participación.

En  ese momento, eso podría llevar a la Major League Baseball investigar si Rodríguez podría ser suspendido nuevamente bajo el acuerdo de drogas del deporte por violaciones relacionadas con la venta y distribución de PED, que son independientes de las prohibiciones de uso personal. Los fiscales también dijeron que Rodríguez le pagó a Sucart $ 900.000 y le proporcionó a él y a su familia un seguro médico, un vehículo y una casa a cambio del silencio de Sucart con respecto al uso de sustancias prohibidas por parte de Rodríguez, quien en aquel tiempo culpó a la Major League Baseball y a los Yankees de Nueva York de un complot en su contra, a sabiendas de que no era así y que más bien él trató de obstruir la justicia y hasta de demandar a la MLB. A Rodríguez lo suspendieron por un año y luego su retiro fue gris, los Yankees no le organizaron absolutamente ninguna despedida.

No importan las evidencias científicas, los hechos y el ejemplo de las estadísticas de A-Rod, los adoradores de un jugador que haya utilizado esteroides y hormonas de crecimiento humano siempre tendrán una excusa para alinearse con su ídolo. Ellos justifican lo injustificable para saciar su fanatismo, y eso no es bueno, porque no solo daña al deporte que se supone que ama y cuya integridad debería proteger, pero incluso más allá de incrementar de manera tramposa su rendimiento, fuerza y tiempo de recuperación, existe un motivo importantísimo para rechazar en lugar de alabar a los peloteros que han empleado o emplean este tipo de drogas prohibidas.

Un delito, efectos adversos

En 1988, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Enmienda de la Ley contra el Abuso de Drogas, que tipifica como delito la posesión y distribución de cualquiera esteroide anabólico con fines no médicos. ¿Sabes lo que significa eso? Es un delito federal y el que comete un delito se califica de delincuente, aunque yo jamás llamaría así a un jugador de beisbol.

Para citar un ejemplo, según las leyes del estado de Illinois, los esteroides anabólicos son ilegales “para cualquier uso en humanos que no sean para «un propósito médico válido” según lo prescrito por un médico con licencia. La ley incluso aborda el fenómeno del abuso de esteroides relacionados con el deporte y el estado físico, a lo cual argumenta que el uso de esta sustancia “para aumentar la masa muscular, la fuerza o el peso sin una necesidad médica de hacerlo, o para mejorar la apariencia física o el rendimiento” no se considera ser un “propósito médico válido” y, por lo tanto, es ilegal. Esta nota pertenece al equipo de abogados Mitchell S. Sexner & Associates LLC, el cual ha manejado casos en el área de Chicago, así como en los sistemas judiciales en todo Illinois.

La citada firma de abogados subraya que la gran cantidad de abuso de esteroides anabólicos en el campo de la aptitud física se toma muy en serio. El estatuto 720 de Illinois ILCS 570/411 enumera varios delitos particulares que “justifican las penas más severas”. Entre los nueve tipos de delincuentes especificados en esta sección se encuentran los «entrenadores de atletismo, entrenadores o personal del club de salud” declarado culpable de proporcionar esteroides anabólicos a cualquier persona, por eso es que enfrentaron la justicia los de BALCO y Biogénesis.

Esto de los esteroides es más escandaloso que los “Medias Negras” de Chicago de 1919, cuando ocho miembros de los Medias Blancas (el verdadero nombre del equipo) fueron acusados de “vender” la Serie Mundial a favor de los Rojos de Cincinnati. Y también más grave que el caso de las apuestas de Pete Rose o del robo de señas apoyándose en las nuevas tecnologías, porque hay un tercer aspecto negativo en demasía: quebrantan seriamente la salud de aquellos que utilizan estas drogas. Por eso se combaten desde hace años.

Según el abuso de los esteroides anabólicos los efectos adversos puede ser el retraso en el crecimiento de adolescentes, presión arterial alta, cambios en el colesterol, problemas del corazón, incluyendo ataque cardíaco, enfermedades del hígado, incluyendo cáncer; daño renal, comportamiento agresivo, cambios en el colesterol, enfermedades del hígado. Algunos de ellos son irreversibles.

La lucha por erradicar el uso de esteroides anabólicos y hormonas de crecimiento humano no es nada nuevo. En 1967, el Comité Olímpico Internacional (COI) estableció una Comisión Médica en respuesta al aumento en el uso de sustancias que mejoran el rendimiento. En 1981, en Estados Unidos, después de que el lanzador de discos Ben Plucknett diera positivo por esteroides, la Federación Internacional de Atletismo Amateur (IAAF) le prohibió participar en eventos futuros y se le quitó su récord mundial. Estos dos datos son relevantes, por la necesidad de tener una respuesta y la consideración de una penalidad deportiva.

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Obtuvo su grado en Comunicación Social, mención audiovisual, en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Caracas, Venezuela, en cuyo país fue redactor, columnista y coordinador de los diarios El Mundo, Panorama, El Financiero y El Universal. Ha estado vinculado al periodismo digital desde noviembre de 1997, cuando asistió al Congreso Mundial de la World Association of Newspapers, efectuado en París, Francia, donde se trató por primera vez el tema de Internet como soporte para las páginas de los diarios de todo el mundo. A su regreso, El Universal lo designó Director-fundador del magazine Record Universal, con el cual logró la primera relación estratégica de un medio hispanoamericano con Sports Illustrated. Esta prestigiosa revista lo contrató para su proyecto SI Latino, una vez radicado en Estados Unidos, donde publicó su propia revista Record Internacional, coordinó secciones en el semanario El Venezolano de Miami, y durante tres años se desempeñó como experto de béisbol para About en Español, primero para The New York Times y luego con Aask.com. Desde 2015, trabaja para la Major League Baseball (MLB) en calidad de productor de videos. Comunicador versátil que ha trabajado en varias fuentes del periodismo y en importantes eventos deportivos, actualmente también es partner de Ramón Corro en el espacio radial El Show del Fanático por Radio Deporte 1590 AM, en una conexión desde Detroit a Caracas.

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