Ambos clubs de remontada pretenden alcanzar los playoffs
Escucho dos zumbidos que van creciendo, uno proviene de Queens, allá en Flushing Meadows–Corona Park, y otro igual de sonoro desde el Bronx, ambos en Nueva York. En estos días finales de la temporada de beisbol de Grandes Ligas, algunos tenían la presunción de que por estos lares el silencio se haría presente, pero en la agitada urbe de los rascacielos todo puede suceder.
Hace menos de un mes, el pasado 19 de agosto, los Mets de Nueva York perdieron 8-1 ante los Gigantes en el AT&T Park de San Francisco, para colocar su marca de la temporada en 60-62 y caer a 12 juegos y medio del primer lugar de la División Este de la Liga Nacional, ocupado por los Nacionales de Washington. Para ese momento, nadie apostaba por la permanencia del mánager Terry Collins más allá de la temporada de 2016, incluso ni el mismo.
“Me pueden despedir al final de la temporada”, confesaba Collins. “Pase lo que pase al final del año, voy a salir de aquí con una sonrisa en mi rostro, entonces me prepararé para el entrenamiento de primavera de 2017, o en su lugar para un juego de golf, tengo cualquiera de esas dos opciones”. Aunque a veces él recibe fuertes críticas por los propios aficionados de los Mets, sería injusto dejar de reconocer las atenuantes que ha tenido la campaña de 2016.
Con toda honestidad, son pocos los equipos que durante una temporada pueden soportar perder por todo el año a jugadores clave como Lucas Duda, David Wright, Matt Harvey, Steven Matz y Zack Wheeler, o parcialmente a peloteros regulares como el cubano Yoenis Céspedes, el dominicano José Reyes, el venezolano Asdrúbal Cabrera y hasta el pitcher Jacob deGrom.
A pesar de tantas lesiones, Collins y sus muchachos alcanzaron la segunda plaza del comodín a poco más de tres semanas para finalizar la campaña regular, porque amanecieron el viernes 9 de septiembre justo en ese lugar, es decir, si la campaña hubiera terminado en esa fecha, los nuevos milagrosos Mets estarían en los playoffs.
Yoenis Céspedes el hombre ‘clutch’ de los Mets
Entre el 20 de agosto y el 7 de septiembre, los Mets consiguieron ganar 14 de sus siguientes 18 juegos, para meterse de lleno en la lucha por el wild card de la Nacional, mientras que sus vecinos del Bronx, los Yankees de Nueva York con Joe Girardi como estratega, casi en ese mismo lapso iniciaron una remontada en la campaña, para colocarse a sólo dos juegos del comodín tras lograr registro positivo de 13-6 entre el 19 de agosto y el 8 de septiembre.
El renacer de los Yankees es tan sorprendente como el de los Mets, porque antes del tradeline (agosto 1) optaron por negociar al puertorriqueño Carlos Beltrán, para ese momento su mejor bateador (average de .304, con 22 jonrones 64 empujadas); el pitcher abridor Iván Nova, los relevistas Aroldis Chapman y Andrew Miller, además de forzar el retiro de Alex Rodríguez, con la finalidad de iniciar una reconstrucción con jóvenes prospectos.
Tyler Austin, uno de los ‘Baby Bombers’ de los Yankees
En ese instante, eran pocos los aficionados de los Yankees con aspiraciones de ver a su equipo en las series de postemporada, pero como diría el laureado reportero gráfico venezolano Ángel Navas, uno de los más febriles fanáticos de este club que he conocido: “el peso de la camiseta es grande”, con cuyas palabras él siempre apela a la tradición ganadora de los ‘mulos’ de Nueva York.
La recta decisiva
Desde el 9 de septiembre hasta el 2 de octubre, los Mets tendrán que realizar 22 juegos antes del final de la temporada regular, y a mi manera de ver las cosas se ve muy favorecido por el calendario: Filis de Filadelfia (7 partidos), Bravos de Atlanta (6), Nacionales (3), Mellizos de Minnesota (3) y Marlins de Miami (3).
Hasta el 2 de octubre, cuando concluye la fase regular, los Yankees deben encarar el reto contra fuertes rivales de su propia división, el Este de la Liga Americana, con la única excepción de tres partidos contra los Dodgers de Los Ángeles. En los otros juegos se enfrentarán con los Medias Rojas de Boston (7 veces), Rays de Tampa Bay (6), Azulejos de Toronto (4) y Orioles de Baltimore (3). En total 23 desafíos.
Bien sea por milagrosos o por la estirpe, respectivamente, para mí es épica la temporada de Mets y Yankees en 2016, independientemente de lo que ocurra en estos días finales de la campaña de este año.