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¿Cómo explicar a las generaciones futuras que el equipo con mejor récord de juegos de ganados y perdidos en la Serie del Caribe 2015 ni siquiera logró el subcampeonato? ¿Cómo concebir un formato que abre la posibilidad de que el país anfitrión se quede sin representante después de sólo cuatro partidos? Antes todos los clubes tomaban parte en seis juegos. ¿Y qué de las estadísticas? Los peloteros con la fortuna de participar en más encuentros tendrán mayor oportunidad de alcanzar títulos individuales en diferentes renglones de bateo y pitcheo.
Yo diría que ese calendario con cinco equipos complica mucho al cortísimo torneo subregional. Si la cuestión está en sumar, ¿por qué no abrir la puerta al campeón de la Serie Latinoamericana para que participe en el certamen caribeño? Si Panamá, Colombia y Nicaragua tienen el visto bueno de la Major League Baseball para jugar el Clásico Mundial de Beisbol, ¿por qué la Confederación del Caribe sólo se queda con Cuba como invitado? ¿Por aquello de la calidad?
Por favor, vamos ser honestos, independientemente del resultado de la Serie del Caribe de 2015, es evidente que el ensayo de invitar al equipo campeón de Cuba no ha aportado la calidad que la Confederación esperaba. Resultó poco menos que una decepción en la edición efectuada en la isla venezolana de Margarita 2014, que marcó el regreso de los antillanos al evento, y en San Juan, Puerto Rico, tampoco fueron un dechado de virtud.
Cuba, que cargó con el título de la Serie del Caribe 2015, en forma global anotó 18 carreras, siendo superado por Venezuela (25) y República Dominicana (20), a pesar de que estos dos conjuntos jugaron un partido menos. Su relación general de ponches por boletos fue de 36/5, mientras que terminó penúltimo en OBP con .306, aunque mostró solidez a la defensiva al incurrir sólo en cuatro errores.
El cuerpo de pitcheo de los Vegueros de Pinar del Río tuvo la peor efectividad colectiva (3.40), tras permitir la mayor cantidad de carreras limpias (20 de las 22 que toleraron sus serpentineros). El grupo de lanzadores de Cuba también recibió más hits (49) y concedió mayor número de bases por bolas (20), en comparación con los otros clubes.
En definitiva, no ganó el mejor equipo, pero fue el que ganó, y lo hizo con el peor balance de ganados y perdidos (3-3) de un campeón en la historia de este torneo. Caribes de Anzoátegui (Venezuela) consiguió registro de 4-1, pero gracias a este formato estuvo por debajo de Cuba y del otro protagonista de la final: Tomateros de Culiacán (México), cuyo club también dejó su marca nivelada 3-3. Me perdonan, pero esto me parece loco.
Es más, si la Confederación hubiera decidido aplicar la repetición instantánea (¿por qué no lo hace?), Cuba hubiera terminado su tránsito por la Serie del Caribe 2015 con balance de 0-4, porque en el partido ganado por los Vegueros 3-2 sobre los Cangrejeros de Santurce, en 10 innings (en el video), el árbitro principal Raúl Moreno se equivocó al sentenciar out en el home al jugador boricua Reymond Fuentes (#27, en la foto). Ese juego tenía que finalizar con el mismo score, pero a favor de los puertorriqueños en nueve entradas.
Para colmo, la Confederación permite que el equipo invitado se presente a la justa con una selección cubana, porque los Vegueros reforzaron su roster con 16 de los mejores jugadores que participan en la Serie Nacional de la isla, procedentes de otros nueve clubes, lo cual quiere decir que sólo una docena era original del equipo de Pinar del Río. ¿Por qué la Confederación no reglamenta mejor la cantidad de refuerzos?
Sin duda, clarísima ventaja para Cuba (lo advertí antes de la edición número 57 de la Serie del Caribe) en comparación con los clubes de México, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela, porque muchos de los peloteros de estos países están sujetos a restricciones de Grandes Ligas como la cláusula de fatiga extrema, la cual impide que actúen en los circuitos invernales o en el mejor de los casos limitan la participación en los torneos locales, pero casi sin posibilidad de recibir permiso para jugar en el torneo caribeño.
Estas son mis reflexiones e inquietudes.