Betts sólo premiado por su posición en la Liga Americana
Después de ver los resultados de la elección para el Jugador Más Valioso de la Liga Americana de 2016, no me cabe la menor duda de que esas estimaciones (por nada del mundo son estadísticas confiables) a las que llaman Win Above Replacement (WAR), unidas a cierta falta de objetividad por la simpatía que puede despertar un pelotero en el reducido colectivo votante, impacta los premios del beisbol de Grandes Ligas. Yo respeto la elección, pero también debe ser respetada mi opinión: Mike Trout no estuvo jamás por delante de Víctor Martínez en 2014 y tampoco por encima de Mookie Betts este año.
Ante todo, es obvio que el espíritu del galardón al Jugador Más Valioso se ha perdido. Siempre se dijo que era el de premiar el aporte de un pelotero que influyera en una notable actuación de su equipo. Pues bien, los Angelinos de Los Ángeles de Trout terminaron con récord de 74-88, a 21 juegos del primer lugar en la División Oeste de la Americana. Es más, desde que él es titular en la alineación, el club tiene tres de cinco temporadas con balance por debajo de .500, a pesar de hacer grandes contrataciones entre 2012 y 2016.
Y ni hablar de la campaña de 2014, cuando recibió su primer premio Jugador Más Valioso a pesar de poncharse 184 veces en 602 apariciones legales al plato, la mayor cantidad de ponches para un ganador de esta distinción en toda la historia. En ese año los Angelinos lograron avanzar a la postemporada, pero fueron barridos en tres juegos por los Reales de Kansas City en la Serie de División, en la cual Trout bateó de 12-1, para promedio de .083. Sin embargo, pasaré esto por alto todo esto de los resultados del equipo.
Por ejemplo, si Miguel Cabrera hubiera cerrado la temporada de 2016 con una cifra menor de 30 jonrones, muchas páginas estarían escritas anunciando el descenso del inicialista venezolano de los Tigres de Detroit. En cambio, nadie ha pisado una tecla para destacar que Trout cayó de 41 jonrones en 2015 a 29 en 2016, con la segunda cifra de cuadrangulares más baja de su carrera y su peor porcentaje de slugging (.550) desde que es regular en 2012.
Trout, uno de los mejores jugadores del beisbol en la segunda década del siglo XXI, consiguió liderar el circuito en carreras anotadas (123) y bases por bolas recibidas (116) en buena medida por la presencia del dominicano Albert Pujols, quien lo protege en la alineación. El outfielder de los Angelinos también estuvo al frente por OBP (.441), estadística que toma en cuenta el número de hits, boletos recibidos, golpeados y sacrificio para su ecuación, pero pienso que las estimaciones WAR son las que le conceden mayor preponderancia.
Yo no comprendo a estos analistas sabermétricos, y creo que tampoco ellos se comprenden. Por alguna razón páginas como Baseball Reference y Fangraphs no coinciden en sus estimaciones, las cuales por cierto se mueven demasiado por supuestos. Fíjate en esta comparación: Brandon Crawford (Gigantes de San Francisco) bateó 12 jonrones, anotó 67 carreras, impulsó 84 y logró average de tan sólo .275, mientras que Miguel Cabrera, lo utilizo de nuevo como ejemplo, azotó 38 cuadrangulares, anotó 92, remolcó 108 carreras y alcanzó promedio de .316. ¿Quién de los dos concretó una mejor campaña en 2016?
Entérate, según Fangraphs, Crawford finalizó en el puesto 15 entre todos los jugadores de Grandes Ligas con 5.8 de WAR, mientras Cabrera quedó diez puestos más abajo, en el 25 con 4.9. ¿Quién me puede dar una explicación lógica? ¿Por la defensiva? Miggy tuvo un gran año en la primera base, nadie puede decir que los Tigres perdieron porque él fue un “colador” en la inicial, todo lo contrario.
Ahora bien, si quieren utilizar ese argumento, Trout fue el mejor en WAR con 9.4, ganó el premio Jugador Más Valioso y también el de Mejor Grandeliga que concede la MLB con Esurance. Muy bien, pero cómo es posible que haya logrado este último galardón sin ser el Mejor Bateador (la distinción recayó en David Ortiz) y tampoco el Mejor Jugador Defensivo (se lo dieron al puertorriqueño Francisco Lindor. Carece de lógica.
Mookie Betts (Medias Rojas de Boston) y José Altuve (Astros de Houston colocaron este año mejores cifras. Ambos se poncharon 57 y 67 veces menos que Trout, respectivamente; Betts lo aventajó en dobles (42), jonrones (31) y empujadas (113), además de reunir sólo una notada menos (122 por 123), mientras que Altuve hilvanó su tercer año consecutivo con 200 o más hits y logró topes de su carrera en cuadrangulares (24) y remolcadas (96).
Un detalle interesante, Betts fue tercero en las WAR con 7.9, pero en las mismas estimaciones sabermétricas defensivas el notable jardinero derecho de los Medias Rojas estuvo muchísimo mejor, con 10.6 en el puesto 29, en comparación con el 1.8 y el lugar 70 ocupado por Trout.
Mookie Wilson emuló al legendario Ted Williams
Mookie se convirtió este año en el segundo jugador en la historia de los Medias Rojas (el otro es Ted Williams) con dos juegos de tres jonrones en una misma temporada, pero él sólo ganó dos distinciones en 2016 (Guante de Oro y Bate de Plata) por su posición al campo. Con toda sinceridad, para mí han dejado de ser una referencia estos premios, los cuales se entregan mediante votación de los miembros de la Asociación de Cronistas de Béisbol de América (BBWAA por sus siglas en ingles).